Oraciones






ORACIÓN DE LA MAÑANA
Buenos días, Padre de toda la humanidad
¡Te amo, mi amado Padre!
Con todo mi corazón, mi alma y mi mente.
Gracias por mi vida y la de mi familia.
Gracias por la vida de mi esposo y su familia
Gracias Padre, por todo lo que nos has dado, a mi y a toda mi familia
Gracias por tu amor y protección
Padre te ofrezco en este día mi voluntad;
Por favor reemplázala por tu divina Voluntad
Muéstrame lo que quieres que yo haga en este día
Y ayúdame, Amado Padre, a lograrlo
Buenos días, Madre mía
Madre de toda la humanidad
¡Te amo, Amada Madre!
Gracias por tu Amor y protección
Renuevo en este día
Mi consagración a tu Doloroso e Inmaculado Corazón
Y al Sagrado Corazón de tu Amado Hijo
Nuestro Señor Jesús
Madre, por favor pídele a San José
Que vele por mí y por mi familia en este día
Doy gracias a Dios por mi amado Ángel de la Guarda
y por los Ángeles de la guarda de cada uno de mis familiares
y por el Ángel de la Guarda de mi esposo
te pido que estén presentes con cada uno de nosotros en este Día. Amén.








MAGNIFICAT
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amen.

A petición de una devota al Sagrado Corazón de Jesús ... Oración a la llaga del hombro de Jesús




En los anales de Clairvaux, se cuenta que San Bernardo le preguntó a Nuestro Señor cuál fue su más grande sufrimiento, el cual no se haya registrado en ninguna parte, y Nuestro Señor contestó: "Yo tuve una llaga dolorosa en Mi hombro, mientras cargaba la cruz por la Vìa Dolorosa, que me causó más sufrimiento que las heridas registradas por los hombres. Ríndanle honor a esta llaga con devoción, y, por sus virtudes y sus méritos, Yo les concederé todo lo que se me pidan. A aquéllos que veneren esta llaga, les perdonaré todos sus pecados veniales, y no recordaré más sus pecados mortales."

Esta revelación y promesa de Nuestro Amado Salvador es otra prueba de Su misericordia infinita. Instamos a todos a rezar todos los días la Oración de la Llaga del Hombro de Jesús, y a distribuirla en forma continua, de manera que los demás se beneficien de esta bendición.


ORACIÓN
¡Oh Amoroso Jesús, Cordero manso de Dios!, yo, un-a miserable pecado-a, adoro y venero la Llaga Sagrada de Tu Hombro, Señor, sobre el cual llevaste la pesada Cruz que rasgó Tu carne hasta dejar Tus huesos desnudos, infligiendo en Tí una angustia mayor que las que te causaron las otras Heridas de Tu Cuerpo Bendito. Te adoro, ¡Oh Jesús de los Dolores! Yo te alabo y te glorifico, Señor, y Te doy gracias por esa sagrada y dolorosa Llaga. Te suplico, Señor, que por los méritos de ese terrible dolor y los de la pesada carga de Tu Cruz, seas misericordioso conmigo, un-a pecador-a. Te ruego me perdones mis pecados mortales y veniales, y me guíes hacia el Cielo por la Senda de Tu Cruz. Amén.


Se rezan siete Ave María y se agrega:

Madre santísima imprime en mi corazón las llagas de Jesucristo crucificado...
(Indulgencia de 300 días)
Oh dulcísimo Jesús, no seas mi juez sino mi salvador... (Indulgencia de 100 días)

Fuentes: www.olrl.org/pray/
www.corazones.org


ACTO DE CONFIANZA



ACTO DE CONFIANZA EN EL CORAZÓN DE JESÚS
¡Oh Corazón de Jesús!, Dios y hombre verdadero, delicia de los Santos, refugio de los pecadores y esperanza de los que en Vos confían; Vos nos decíais amablemente: “Venid a mí”; y nos repetís las palabras que dijisteis al paralítico: “Confía, hijo mío; tus pecados te son perdonados”, y a la mujer enferma: “Confía, hija; tu fe te ha salvado”, y a los Apóstoles: “Confiad, yo soy, no temáis”. Animado con estas vuestras palabras, acudo a Vos con el corazón lleno de confianza, para deciros sinceramente y de lo más íntimo de mi alma: Corazón de Jesús, en Vos confío.
(A cada invocación decimos “CORAZÓN DE JESÚS EN VOS CONFÍO”)
En mis alegrías y tristezas,
En mis negocios y empresas,
En mis prosperidades y adversidades,
En las necesidades de mi familia,
En las tentaciones del demonio,
En las instigaciones de mis propias pasiones,
En las persecuciones de mis enemigos,
En las murmuraciones y calumnias,
En mis enfermedades y dolores,
En mis defectos y pecados,
En la santificación y salvación de mi alma,
Siempre y en toda ocasión,
En vida y muerte,
En tiempo y eternidad,
Corazón de mi amable Jesús, confío y confiaré siempre en vuestra bondad; y, por el Corazón de vuestra Madre, os pido que no desfallezca nunca esta mi confianza en Vos, a pesar de todas las contrariedades y de todas las pruebas que Vos quisierais enviarme, para que, habiendo sido mi consuelo en vida, seáis mi refugio en la hora de la muerte y mi gloria por toda la eternidad. Amén.
Oración final.
¡Oh, Señor Jesús!, vuestros santos misterios infundan en nosotros un fervor divino, con el que, recibida la suavidad de vuestro dulcísimo Corazón, aprendamos a despreciar lo terreno y amar lo celestial. Vos que vivís y reináis por los siglos de los siglos. Amén.